For you I will

Pensé que no me volvería a ver en una de estas. Es la historia más vieja del mundo...cuando te rompen el corazón, verdad? Este blog ya ha presenciado alguna de esas. 

Pero sin duda, las que más duelen son aquellas para las que no te preparas. No te ha dado tiempo a protegerte, de repente te despiertas un día y aquello que tenías, que te hacía feliz, decide no querer estar ahí. La misma persona que te decía que te amaba, que quería que fueses su última, que pasaría sus días junto a ti, que quería estar contigo siempre, acabar con una alianza en el dedo. Esos son los amores que destrozan el alma y despedazan el corazón. Aquellos para los que tenías planes. 

Y cuando sabes que jamás volverás a verle. Nunca más. La distancia lo impide. Ni a oír su voz, ni a besarle, ni a pasar noches abrazada a él. Esas promesas de amor eterno se han quedado en el aire. Porque cuando tienes un amor tan grande..para el cual planeas a lo grande, imaginas a lo grande, nunca te das cuenta de que el dolor de la pérdida es proporcional. Cuando lo has dado todo por el. Renunciaste a una vida fácil y cómoda por la felicidad que te proporcionaba, felicidad que se suponía que era correspondida.. y lo peor no es la pérdida. Lo peor son los "y si...?" que te preguntarás el resto de tu vida. Porque nunca sabrás como de perfecto podía haber sido, como podía haber terminado, la de cosas que la prisa y el corto plazo te han hecho perderte, cosas y experiencias que nunca recuperarás. Porque conocerás a otras personas..pero jamás podrás entregarles tu corazón entero. Porque una parte de él está al otro lado del océano, secuestrado y maltratado, y sin opción de rescate. Totalmente condenado. Porque amores que matan nunca mueren, y amores que no mueren, matan.